Esas conversaciones con gente que desaparece y reaparece. Esa sincera conversa entre amigos que nunca acaba en críticas y sí en risas eternas. Con comentarios que muchas veces ni esperas que al final son ciertos.
Una tarde de playa, en un verano bastante animado, cerca de Lima. Con una vieja amiga, recordando de las experiencias pasadas, hace menos de una década... Si recuerdo bien, una década pasó volando... muy muy rápido. Esos recuerdos animaron muchísimo la conversación sólo faltó una buena cusqueñas helada para reir más y más, de experiencias de adolescencia y algo más.
Sin embargo, conversar tus experiencias con una amiga suele ser casi tu misma visión de la "realidad". Caso contrario cuando lo hablas con tu amigo, ese también de infancia que conoces más de década y media de vida... ese que con sus comentarios ácidos e sarcáticos hace que las risas se conviertan en lágrimas, de ver lo cómico de cada dia, de cada situación.
Eso extraño. Ese amigo, medio amigo, que al final desapareció por querer ver que más puede haber. Que superando tus propios miedos terminas malogrando la amistad.
Que se convierte en una anecdota que no consigues reir con él, pues él es el protagonista.
Vieja infancia...
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